La idea de este post inicial está relacionada con los quebraderos de mate que suponen para algunos usuarios del idioma el uso de oraciones con dos o más cláusulas, cuando la primera es condición de la segunda, causa de la segunda, ALGO POR EL ESTILO de la segunda.
Dicho más sencillamente, si Usted está trabajando con la conjunción “si… entonces”, (entonces) este post podría serle útil. No es mi intención aquí hacer un informe completo sobre el caso. Más bien, contar que encontré esta canción de Alfredo Zitarrosa que tiene muchos años y también tiene ejemplos de uso de estructuras de este tipo. Y bueno… ya que estamos pensé en preguntarle a algunos libros qué opinan al respecto. Preguntarle a los libros, porque no tengo los teléfonos de los autores, y porque llamarlos a las 0 horas de un martes para ello probablemente no sería una buena idea. Y mientras pensaba en eso me puse a escribir el título y me acordé del tema de Memphis con Adrián Otero “La Bifurcada”, sírvase usarlo de referencia si le place.
Por otro lado me interesa mencionar que, considerando mi experiencia personal, pos… no, me parece que no solemos usar el “entonces” de la consecuencia. Casi siempre que lo veo en un texto me suena poco natural… salvo cuando se hacen afirmaciones de tipo lógico, o se intenta resaltar algo. ¿Por qué lo menciono entonces? Pues porque habitualmente cuando hablo con gente que aprende español, me comentan este tema desde ahí. Se suelen aprender estas dos palabras, “si” para marcar una causa y “entonces” para marcar la consecuencia, y que queden bien señalizadas.
Como hay más lados, por este OTRO lado, quiero resaltar además que la etiqueta que más generalmente relacionamos con esta estructura, la de “causa consecuencia” no es única. A esta altura ya empiezo a pensar en buscar una tercera canción (auxilio) para hacer comparaciones y seguir demostrando este punto. Es que cuando vean la letra de don Zitarrosa verán que, en gran parte de ella, el autor no dice que si ella se va a él le va a pasar algo. Le dice, si te vas, HACÉ esto y aquello. El “Si… entonces” no sólo es utilizado para presentar una causa y una consecuencia, sino también para poner una condición (si pasa esto, o si hacés esto) tras la cual queremos transmitir un deseo, un pedido, una expectativa, o una orrrrrrden al oyente.
“Si te vas yo voy a llorar” sería una expresión de causa consecuencia. “Si te vas cerrá bien el portón” es un pedido.
La canción de don Zitarrosa, ídolo de mi infancia:
Si Te Vas – Alfredo Zitarrosa
(zamba)
Si te vas, te irás sólo una vez, para mí habrás muerto. / Yo te pido que me lo hagas saber, quiero estar despierto.
Porque si te vas, yo quiero creer que nunca vas a volver. /Dímelo y será mucho menos cruel, yo siempre supe perder.
Si te vas, quiero verte partir, saber que te has ido. / Sin adioses, el amar y el morir nunca son olvido.
Pájaro tu piel, viento mi querer, yo te puedo comprender. / Sin saber por qué no te podrás ir, yo te quiero despedir.
(Estribillo)
Y no será por eso / que estemos separados.
Aunque no te marcharas, / lo nuestro está terminado.
Pero si te vas, yo quiero creer / que nunca vas a volver.
Si te vas, con amor o sin él, debes irte ahora. / Tus nostalgias y tu fuga de ayer ya no me enamoran.
Mírate vivir, sangre de gorrión, te ha faltado corazón… / Yo bien puedo ser, si te quieres ir, el que te ayude a partir.
Si te vas, no te vayas así, llévate tu vida. / Si no puedes olvidarme y partir, volarás herida.
Vete sin dolor, debes comprender que soy el mismo de ayer. / No hay mejor amor que el que ya pasó, se siente al decir adiós.
He marcado en negritas las frases que participan de esta relación con el “SI”. Nótese que en la primera estrofa el autor puso dos tipos de continuaciones a su “si”. Primero dijo cosas que iban a pasar (te irás sólo una vez…), después puso pedidos que hace con respecto a esa situación (yo te pido… quiero…). En adelante, siguen apareciendo este tipo de frases, que indican consecuencias de la acción de irse, y pedidos. También una expresión de deseo (yo quiero creer…). En general tenemos una frase que empieza con el “si”, y luego frases que surgen de ellas, es decir estos pedidos, consecuencias o deseos. Sin embargo, parece que este “si” no está obligado a ir al principio. La frase con el “si” aparece arrellanada en medio de la frase que podría ir después de ella en “Yo bien puedo ser, si te quieres ir, el que te ayude a partir“.
Una opinión autorizada
Con respecto al “si”, García-Negroni (2011, p. 569) lo incluye bajo el título “encabezadores de proposiciones adeverbiales condicionales” y brinda este ejemplo: “Si no pagas la fianza, no lo dejarán en libertad”. E indica que este tipo de proposiciones (las condicionales) “expresan la condición de la que depende la realización de lo enunciado en la [proposición] principal”. En el caso del tema de don Zitarrosa, por ejemplo, una proposición condicional sería Si te vas y una proposición principal sería te irás sólo una vez.
También menciona García-Negroni (2011) el eterno asunto de cómo coordinar los tiempos verbales, en el cual por el momento no me extenderé, pero sí dejaré aquí unos ejemplos de lo que pasa cuando uno habla de cosas que no están sucediendo pero podrían suceder, de modo condicional:
Hablando del tiempo presente
(x) Si tendría plata me compraría un auto.
(este uso es incorrecto y puede causar gastritis y dolor de cabeza a cualquier corrector)
(o) Si tuviera/tuviese plata me compraría un auto.
(este uso protege la salud de su corrector amigo)
Hablando del tiempo pasado
(x) Si habría tenido plata me hubiera comprado un auto.
(este uso también pone en riesgo la salud del corrector, pero además está muy extendido en la sociedad entre los hablantes nativos).
(o) Si hubiera/hubiese tenido plata me habría comprado un auto.
(este uso es todo lo que está bien).
Más adelante en el mismo texto doña García-Negroni (2011, p. 570) nos avisa que no siempre que haya un “si” habrá una relación causal, y nos da ejemplos como:
“(o) Si tienes sed, hay cerveza en la heladera.
(o) Si no me equivoco, nos conocemos.
(o) Si trae el paraguas mojado, ha llovido.”
Y nos explica maravillosamente cómo en esos casos la frase con “si” no es una condición para que se produzca lo que dice la siguiente (tener sed no es causa de que haya cerveza). En cambio, estas frases iniciales con “si” presentan la causa por la que el hablante decide decir lo que viene en la frase siguiente, es decir: que el sujeto venga con el paraguas mojado no es el motivo por el que ha llovido, pero sí es el motivo por el cual el hablante elige afirmar que ha llovido. Elijo decir que ha llovido porque no creo que el tipo que está entrando al bar con el paraguas y los zapatos mojados, y cara de auxilio-denme-algo-calentito se haya tomado el trabajo de meter ambas cosas abajo de una canilla antes de venir. Yo creo que si están mojados es porque ha llovido.
Por si nos quedaba alguna duda, Negroni (año) procede a comunicarnos cómo quedarían esas mismas frases si se aclarase todo minuciosamente:
(o) Si tienes sed, te comunico que hay cerveza en la heladera.
(o) Si no me equivoco, diría que nos conocemos.
(o) Si trae el paraguas mojado, afirmo/deduzco que ha llovido.
Creo que después de estas explicaciones no necesitamos decir nada más sobre este tema por el momento. Por el momento. Quién sabe, puede que venga una ampliación de este artículo en algún momento posterior. Por ahora, me despido con la referencia de nuestra ídola y estrella guía en estas cuestiones de saber cómo escribir.
Referencias
García-Negroni, María Marta. (2011). Escribir en español. Claves para una corrección de estilo (2da edición actualizada). Santiago Arcos Editor.
Memphis La Blusera. (1986-2016). La bifurcada. En Medias negras (LP). Sony. Recuperado de https://youtu.be/2Ujw6PVODZ8?si=8BGMFLpXwLau6_tg
Zitarrosa, A. (1967). Si te vas. En Bizarro. The Orchard Enterprises. Recuperado de https://youtu.be/pY-8BikUlSk?si=pKM5ZrL_JXYqhDSC
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